sábado, 9 de febrero de 2008

Con la nariz tapada el lunes (I)

Empiezo la semana un pelín asqueado con estos caraduras de políticos que tenemos tanto en el gobierno como en la oposición. No es algo que me pille de nuevas, de echo, no hace mucho nos dijeron que ser alcalde de Burgos, Oviedo y otras cuatro ciudades más, no es importante. Sino no entiendo que el alcalde de Madrid no pueda ser diputado y alcalde porque, en palabras de Rajoy:

“que ambos se dediquen (refiriéndose a Esperanza y a Gallardón) a desempeñar en exclusiva las responsabilidades para las que fueron elegidos por los madrileños hace menos de un año. Creo que es la mejor forma de ayudarme a mí, de ayudar a nuestro partido y, sobre todo, de ayudar a todos los ciudadanos de Madrid que los han elegido".

Como decía, nada me debería sorprender, pero siempre prefiero mantener un pequeño rayito de esperanza, nunca Aguirre, eso sí.

Así que cuando el lunes Carles Francino dijo que iba a entrevistar a Manuel Pizarro

http://www.cadenaser.com/espana/articulo/pizarro-espana-unico-pais-mundo/csrcsrpor/20080204csrcsrnac_3/Tes

dije: Vaya, puede que esté bien. Como es nuevo quizás no tenga aprendido aun el ideario del que últimamente ningún político se sale.

Empieza la entrevista y el señor Pizarro me parece un… ¿cómo lo calificaría?... ¿con poca vergüenza? Demasiado claro dirían algunos y bocazas le llamarían otros.

Francino le pregunta algo fácil, para romper el hielo:

- ¿Le gusta el cine?
- Sí, me encanta. Pero últimamente no puedo ir porque ando muy ocupado.
- ¿Ha visto alguna de las películas premiadas?
- No he tenido tiempo, sólo veo cine antiguo.

Y una mierda, pienso yo, para decir eso mejor no digas nada. De todas formas no cabía otra cosa de una persona que fue por primera vez a un mercado el otro día en campaña electoral y que se sintió horrorizado al tener que viajar en el metro.

http://www.20minutos.es/noticia/342298/0/aguirre/pizarro/mercado/

Pero la entrevista sigue, mientras desayuno tranquilamente escuchándole que está muy ocupado y siento una gran lástima por él cuando dice:

“Me preocupa mucho la palabra pasatiempo, con la cantidad de cosas que hay que hacer”

¿Sabrá la cantidad de cosas que se está perdiendo?, ¿la felicidad que encontraría en palabras como esa que le preocupan tanto?

Compara su ingreso en la política con meterse a trapense. Curioso que le preocupe la palabra pasatiempo y no la vida contemplativa de las órdenes religiosas. Pero un trapense pega muy bien con un desayuno, hacen, mejor dicho, hacían un chocolate estupendo.

... Continuará...

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