A río revuelto ganancia de pescadores.
Esto es lo que han pensado algunos con el cierre patronal que están llevando a cabo los empresarios del transporte por carretera.
Hace unos meses las empresas del sector automovilístico empezaron a dar la matraca con la crisis del sector y la caída de las ventas. Consiguieron que el Gobierno del Estado sacase un Plan para mitigar este retroceso en sus beneficios, que no pérdidas, y que nos costará 1.500 millones de €. Pero claro, estos grandes empresarios son insaciables y, no contentos con esto que arañan a las cuentas del Estado se amparan en las movilizaciones de los transportistas para anunciar expedientes temporales de regulación de empleo. Así, entre todos les pagamos los sueldos a sus empleados. El martes, un día después de la huelga Mercedes, Seat, Ford y Nissan anunciaban que tenían que cerrar sus fábricas porque no tenían piezas en sus almacenes para seguir con la producción. Y el resto de la sociedad mongolizada por los efectos de la huelga se lo cree. Menos mal que Celestino Corbacho, que estaba en Bruselas debatiendo una sinvergonzonada que nos ha colado la derecha más ultra de Europa, y se ha dado cuenta que los primeros mongolizados habían sido los dirigentes de estas fábricas, que no habían previsto los problemas de suministro y, vaya por dios, se han quedado en un día sin piezas por lo que tendrán que dejar en la calle a mucha gente. Pero ellos no querían porque son buenos y solidarios. Corbacho, de momento, se niega a estos despidos temporales injustificados.
Pero claro, esto no se queda aquí y los mayores llorones de todos, los empresarios del sector primario, han anunciado movilizaciones. No se conforman con todo lo que chupan, han chupado y chuparán del Estado, las Comunidades Autónomas y la Unión Europea, que quieren más o sino dejarán de sembrar. Ojala lo hagan.
viernes, 13 de junio de 2008
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