lunes, 1 de noviembre de 2010

La derecha es cosa de machos MUY MACHOS.

Que la testosterona afecta al sistema neuronal no me cabe ninguna duda. Es algo que en su día investigaron y dieron por demostrado en la Universidad de Yale.
Que para ser fascista había que ser muy macho tampoco tenía dudas. Siempre han demostrado una alta homofobia y una gran inclinación a la discriminación de las mujeres por el echo de serlo. Además de ser propensos a usar los genitales masculinos para hacer las cosas.
Pero ahora dos cráneos privilegiados neoconservadores han demostrado que esto es cierto:

El primero de ellos es ese individuo que cada vez que escucho su nombre me dan ganas de ciscarme en su propia calavera. Sobre todo porque siempre tengo la sospecha de que sus declaraciones altisonantes y despreciativas son con un único objetivo: vender más libros.
Los machos con testosterona como él hacen las cosas siempre por cojones y se sienten orgullosos de ello o andan ciscándose por las esquinas....

El otro mucho más repugnante individuo es el que se jacta de haber tenido relaciones sexuales con niñas lo publica una vez, diciendo:
"En Tokio, un día, me topé con unas lolitas, pero no eran unas lolitas cualesquiera, sino de esas que se visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rímel, tacones, minifalda"... "Tendrían unos trece años (...). Subí con ellas y las muy putas se pusieron a turnarse. Mientras una se iba al váter, la otra se me trajinaba"... "El crimen ha prescrito, así que puedo contarlo, aparte de que las delincuentes eran ellas y no yo"
y después... dice que no era del todo cierto...

¡QUÉ MACHOS SON!

Mientras sus amados dirigentes políticos son mileuristas pero mucho....

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